ESTAR O NO ESTAR....
Lo humano ... vaya concepto.....me hartan los mundos de la eficacia y del trabajo que no acaba, dice la mona, dicen los ojos de la mona, que para que te veas serio tiene que parecer que el trabajo te agota y te sobrepasa, como si trabajar fuera una cruz, que digo yo!!un fardo, una misión en este mundo de ateos donde la culpa del descanso aborda a los incrédulos que se sienten tan libres con una libertad esclava de un oficio, de un trabajo, de esa misión que toma el lugar de los dioses, una promesa tan vana, tan vacua, tan pasajera. Descubrí que no sirvo para yuppie, que mi estar exige tiempo, tiempo para perder, porque creo que la vida del yuppie solo tiene un único sentido de la comodidad, y para obtenerla ( la comodidad) la herramienta principal y única es la carrera, el agite, lo que revierte en fama, en poder y lamentablemente también en vanidad. Para ser un integrante de esa fauna hay que presumir, con lo bonito que es que la riqueza te acompañe pero no estorbe, que la comodidad este en cualquier lugar del mundo donde haya cariño, donde la inquietud te toca pero no sobre el otro congénere, el otro: compañero de penurias, dice Holderlin, sino sobre el hacer, sobre el cumplir. No es que no vivamos la vanidad, es grato a ratos y nos lo merecemos pero no puede ser el clavo sobre el que gire nuestra vida, nuestra alegría, nuestra existencia, porque si así es, la herramienta de la libertad , es entonces, la sumisión a fantasmas intangibles que nos fruncen el ceño y nos quitan el tiempo para estar. Me encuentro con ausentes, con vacantes, con idos, con ráfagas humanas que no alcanzan a estar, ni a ser, ni a distanciar. Por eso tal vez el teatro es el arte del estar, y de ahí viene esa peligrosa hermandad con el esoterismo, sin embargo tal vez por eso ahora lo encuentro tan poco, lo busco cada vez con más vehemencia, con menos paciencia. La batalla estética del estar, la resistencia a los vientos que pretenden hacerme pluma y quitarme lo sima, enfocarme en donde no estoy, siempre, para no ver, para creer que la vida sucederá en otro momento, que la misión se amarra con lo ausente, con los frustrante, con una inquietud acomodada a la ceguera, inquietud inútil, básicamente porque la inquietud pregunta, no responde. Y allí esta mi conflicto, noto que al estar me saltan las preguntas y entonces me inquieto y camino, en cambio cuando no estoy, respondo y me inquieto porque desoigo las preguntas.
Comentarios
y que bueno que la inquietud le revuelva las ideas y sus lecores entonces la sepamos viva.
Un abrazo,
Cris Verbena
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¡Y ahí sí! ¡Cuidado con el toro!
Flora