EL OLVIDO
Hoy mientras almorzaba vi pasar un carro del color del primer amor y por un instante recordé la premura, la ansiedad con que veía ese color acercarse y la esperanza que algún día significó. ¿Cuándo llega el olvido? ¿en qué momento esos números que sabías dormida, esa anécdota que te dibujó, ese olor que te erizaba la piel o esa escena que te humedecía, desaparecieron de la primera plana de la memoria y se transformaron en un periódico de ayer -en el mejor de los casos- o en un retazo reciclable para envolver zapatos? a ratos me asombro cuando me regresan olvidos: el patio de mi casa, la rayuela del otro patio, una mesa de ping pong, el velo de una cortina, un afiche de los Pecos, un desnivel de la calle; el olvido resulta una cosa muy presente, si te descuidas aparece, te llena -que es su objetivo- como un borrador mañoso que arreglando los bordes de los dibujos, desordena la carpeta y roba.
Comentarios