LA GRAVEDAD DE LA MADUREZ
Me paseo por mi gente de varios años, conversamos, reímos, a ratos aparecen silencios graves, con un temor silencioso aun, de que la vida se va pasando y a la vez con una certeza o mejor, "sospecha" de lo que significa llegar a la edad de tus mayores.
Todos nos miramos y hay una sensación de lo inevitable, que te has montado en un río y su cauce te lleva ya, trae sus consecuencias profundas e irrefrenables. y a la vez te miras con los amigos sabiendo que viene la caída de la cascada del río que has montado, y que ahora debe conducir a una cascada que te permita volar, caer, viajar, mojarte reír, asustarte pero que deberá desembocar en un remanso, por favor, casi todos esperamos que sea un remanso sobretodo ahora que empezamos a acercarnos a la cascada.
Cuando se abre la mirada sobre tu vida y miras y pesas, surge este asomo de pesadumbre, que también es esperanza, deseo y temor. Te cuentas a ti mismo, te escuchas, te estructuras y desestructuras, en busca de los motores de tu historia, de tus conductos internos, y a ratos gana la gravedad, que es una trampa construida desde tus miedos, en donde desde tu mas profunda infancia te preguntas si es necesario aprender la decepción. Las madrugadas suelen ser lugares muy inhóspitos, la fragilidad de la infancia te asusta pero también te "valienta" para lo que viene, estamos todos un poco graves, es verdad, el humor anda un poco sombrío, los días se alargan y a la vez huyen pero creo que también pasara y que las cascadas que nos esperan tendrán mas de fiesta que de derrota.
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