EL DESCONSUELO



Es un abismo que nos muestra la pequeñez, el abandono, la distancia.
Es un paso a dar al fin, una intención de suicida, una llave que se abre y  tal vez seas incapaz de cerrar.
Te lo tropiezas.  A veces con mirar a otro lado pasa porque no es estático sino móvil y subrepticio,
 pero otras,  se resbala por tus honduras y te las trae a la cara
como si espejo para mirarlas, vitrina para mostrarlas.
 En él,  una se hunde como  en la brea, cosa pegajosa que no deja respirar la piel,  
es como el agua sucia, grasa, vieja…
 Hay una sensación de brazos caídos y batalla perdida,
 soledad irresoluble,
  insistencia vana, desvelo inútil.
La realidad pesa, el polvo estelar se hace  tiza densa,
 la renuncia acosa, son tiempos peligrosos cuando el desconsuelo  ronda,
 dan ganas de hacer lo que nunca, dejar de resistirse a lo que siempre….
cuánto riesgo  cuidar un alma.
una cree que  va a morir, cuando pena por la vida, el amor, la muerte;
 y la cosa es que no  muere.
Tratar que el desconsuelo no preñe, no ensombrezca,  no prefiera,
 que sea como  visita de una tía lejana, 
de un familiar con quien nos une alguna esclavitud,
 mutua por demás.


Comentarios

Bello y fuerte.
Jonathan Tittler dijo…
Conviertes el dolor de vivir en algo profundo y penetrante.

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