EL DESCONSUELO
Es un paso a dar al fin,
una intención de suicida, una llave que se abre y tal vez seas incapaz de cerrar.
Te lo tropiezas. A veces con mirar a otro lado pasa porque no
es estático sino móvil y subrepticio,
pero otras, se resbala por tus honduras y te las trae a la
cara
como si espejo para
mirarlas, vitrina para mostrarlas.
En él, una se hunde como en la brea, cosa pegajosa que no deja
respirar la piel,
es como el agua sucia,
grasa, vieja…
Hay una sensación de brazos caídos y
batalla perdida,
soledad irresoluble,
insistencia vana, desvelo inútil.
La realidad pesa, el
polvo estelar se hace tiza densa,
la renuncia acosa, son tiempos peligrosos
cuando el desconsuelo ronda,
dan ganas de hacer lo que nunca, dejar de resistirse a lo que siempre….
cuánto riesgo cuidar un alma.
una cree que va a
morir, cuando pena por la vida, el amor, la muerte;
y la cosa es que no muere.
Tratar que el desconsuelo
no preñe, no ensombrezca, no prefiera,
que sea como visita de una
tía lejana,
de un familiar con quien nos
une alguna esclavitud,
mutua por demás.
Comentarios